Momentos del Campamento
Conoce a Nancy y Katie

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Este Día de la Madre nos recuerda el increíble papel que desempeñan las madres en nuestras vidas: cuidadoras, profesoras, animadoras… las madres lo hacen todo. En The Painted Turtle vemos esto de primera mano y reconocemos que ser madre de un niño con una condición médica grave es uno de los papeles más desafiantes y gratificantes que una madre puede desempeñar.

Con esta comprensión, The Painted Turtle se compromete a proporcionar a estas increíbles madres una experiencia de campamento que incluye el descanso, el rejuvenecimiento y la alegría.

Conozca a Nancy, antigua madre campista, y a su hija Katie, que asistieron por primera vez a The Painted Turtle en 2009. Conmovidas por su experiencia en el campamento, han seguido participando como voluntarias. Su viaje con el Campamento les ha proporcionado oportunidades para fortalecer su relación y obtener una nueva perspectiva, todo ello mientras devuelven a la comunidad del Campamento… ¡juntos!

A Katie le diagnosticaron artritis cuando era adolescente. Durante una de sus muchas citas con el reumatólogo en la UCLA, un médico les entregó a ella y a su madre un folleto sobre The Painted Turtle. Rápidamente buscaron el campamento en Internet, vieron todos los vídeos, vieron las cabañas y las instalaciones médicas de Well Shell, e inmediatamente pensaron que sería algo beneficioso. Katie tenía dudas al principio, pero después de un poco de convencimiento por parte de mamá, Katie estaba en camino. Nancy bromea con que el proceso de solicitud es largo, pero fue el proceso minucioso y el saber que un reumatólogo estaría en el campamento lo que la tranquilizó de que Katie estaría en buenas manos.

En el verano de 2009, Nancy llevó a Katie al campamento para que viviera su primera experiencia de campamento de verano sola. Era la primera vez que la cuidaría alguien que no fuera su madre. Nancy tuvo un largo viaje de vuelta a casa y recuerda haber llorado durante la mayor parte del regreso a casa. Esperaba tener noticias de Katie durante su estancia, pero no fue así. No hubo ninguna llamada, nada. Cuando Nancy la recogió al final de la semana, describe a Katie como una niña completamente diferente. “Para cualquiera que no conozca a Katie”, compartió Nancy, “no es muy habladora”. Aunque a Katie le costó abrirse, al final de la semana llevaba escrito en el brazo “ataque de ranas al pedo”, una gran sonrisa en la cara, y habló durante todo el trayecto de una hora y media a casa, contándole a Nancy las mismas historias una y otra vez. Katie contó cómo conquistó el circuito de cuerdas por primera vez, a pesar de tener miedo a caerse, y cómo se ensució todo lo posible con pintura y avena en las Olimpiadas Tontas. Nancy disfrutaba de sus historias porque podía ver el profundo efecto que el campamento tuvo en Katie.

Toda la familia Giertz acudió a un fin de semana familiar poco después, en el que hicieron cohetes de botella juntos y, como padres, tuvieron la oportunidad de hablar con otros padres sobre temas como los medicamentos, los especialistas, la escuela, los sistemas de apoyo y mucho más. Antes del campamento, nunca habían conocido a nadie que pasara por problemas médicos similares, por lo que fue muy valioso hacer estas conexiones.

Como familia, pudieron probar cosas nuevas. Animada por el tiempo que Katie pasó en el circuito de cuerdas el verano anterior, Nancy quiso intentarlo, porque “si Katie podía hacerlo, ¡yo también!”.

“No se trata sólo de lidiar con lo médico, o con los doctores, o de cómo lidiar con la escuela, sino también de experiencias como la pérdida de muchos amigos, porque Katie estuvo mucho tiempo fuera de la escuela. Escuchar a tantos padres y las experiencias similares crea un vínculo especial.” – Nancy

Cuando Katie creció, volvió al campamento y participó en los programas de consejeros de liderazgo y de formación de líderes, que le proporcionaron una semana de comunidad, educación, recreación y crecimiento, para prepararla a convertirse en una líder en su propia vida.

Al querer seguir participando, Nancy se dio cuenta de que podía ser voluntaria en The Painted Turtle durante sesiones separadas, pero Katie le pidió a Nancy que no fuera voluntaria en el campamento porque era su experiencia juntos. Nancy cumplió con ese compromiso hasta que Katie salió del programa de campistas y ambas pudieron ser voluntarias durante la misma sesión.

Ahora las dos son voluntarias habituales, ofreciendo su tiempo durante las sesiones, los eventos y mucho más. En general, el campamento ha tenido un impacto positivo en su relación como madre e hija en muchos sentidos. Tenían un fuerte vínculo antes del campamento, pero sus experiencias en The Painted Turtle les han enseñado a tener paciencia, a utilizar su viaje personal para ayudar a los demás, y a que la positividad y la perspectiva son de gran ayuda.

“Quiero ser capaz de ayudar a otras personas… He estado en la entrega de campistas como voluntaria en el campamento de verano y puedo decir qué padres son nuevos en la experiencia. Me levanto de lo que estoy haciendo y me acerco a ellos para decirles: ‘Todo va a salir bien. He pasado por ello. Sé exactamente lo que sientes. He llorado de camino a casa y tú también lo harás. No pasa nada”. ” – Nancy

Feliz Día de la Madre a Nancy y a todas las madres. Os apreciamos.

 

DATOS CURIOSOS SOBRE NANCY Y KATIE:

  • Nancy era músico profesional y tocaba la percusión.
    Katie escribía e ilustraba Lucy the Service Dog, un libro sobre su perro de servicio.  También tiene más de 30.000 Legos. ¡Eso es un montón de Legos!